El plástico supone actualmente una de las mayores amenazas para nuestros mares y océanos, algo de lo que cada vez más expertos alertan a la población mundial. La preocupación por la presencia de plásticos en el mar ha ido en aumento en los últimos tiempos, si bien aún queda mucho camino que recorrer en cuanto a la concienciación real de este problema. En cualquier caso, nuestro océano no es el único lugar en el que acaba el plástico que utilizamos, éste está cada vez más presente también en nuestra comida, en el agua que consumimos y hasta en el aire que respiramos.
Tanto es así que, de acuerdo con un estudio publicado recientemente en la revista Environmental Science and Technology, una persona puede ingerir y respirar entre 74.000 y 121.000 partículas microplásticas al año. A la conclusión ha llegado un equipo de científicos canadiense tras analizar las cantidades de partículas de microplástico presentes en más de 3600 muestras de pescado, marisco, azúcares añadidos, agua, etc. En total, se apunta una ingesta estimada de entre unas 39.000 y 52.000 partículas plásticas al año, a las que hay que sumar las que inhalamos a través del aire.
Hay microplásticos en el 90% del agua embotellada
Las personas ingerimos y respiramos una cantidad escandalosa de partículas microplásticas, que, para quienes desconozcan qué son, se trata de microscópicos trozos de plásticos surgidos de productos plásticos más grandes debido a su degradación en el medio ambiente. Hablamos de más de 70.000mil partículas al año, una cantidad que aumenta notablemente en el caso de las personas que beben exclusivamente agua embotellada, en lugar de agua del grifo, pues podrían ingerir 90.000 partículas adicionales al año.
Es uno de los datos más llamativos de la investigación reciente llevada a cabo por Orb Media, una organización de periodismo sin ánimo de lucro con sede en Washington, en la que se han analizado 259 botellas de agua de distintas marcas líderes (11) y en distintos países como EEEUU, China, México o Tailandia. La idea general que arrojan las conclusiones del estudio es que la cantidad de partículas microplásticas -entre las que destacan el polipropileno o el nailon- que ingieren las personas que beben agua embotellada es escandalosamente alta; se han detectado un promedio de 325 partículas de plástico por cada litro de agua embotellada que se ha analizado.
Según el estudio, la cantidad de plástico encontrada en las botellas puede doblar a la que hay en el agua del grifo, si bien ésta tampoco se libra, pues de acuerdo con Orb Media el 72% del agua del grifo en Europa contiene microplásticos. De ahí que muchos ya recomienden el uso de soluciones en tratamiento de agua que purifiquen y filtren los microplásticos y otras sustancias presentes en el agua, dando como resultado un agua de mineralización débil o muy débil.
Si bien no existen evidencias demostradas de que la ingestión de microplásticos conlleve consecuencias negativas para la salud humana, los expertos señalan la necesidad de iniciar nuevas investigaciones, un argumento apoyado por la Organización Mundial de la Salud, desde donde se afirma que se estudiarán los riesgos potenciales del plástico en los alimentos y en el agua.