Como ya sabes, hidratarse es importantísimo para muchas de las funciones de nuestro cuerpo. Pero lo es todavía más en el caso de ciertas personas como los ancianos, las embarazadas… o los niños.
Uno de los colectivos más vulnerables es sin duda el de los lactantes, que al no ser capaces de manifestar cuándo tienen sed, precisan de mayor atención en este sentido.
¿Cómo detectar cuando están deshidratados? Además de observar la boca y los labios secos, existen otros síntomas que pueden alertarnos del problema.
- Cefaleas o dolor de cabeza.
- Irritabilidad.
- Piel seca y fría.
- Mareos y somnolencia.
·Ausencia de lágrimas al llorar. - Disminución de orina.
- Ojos hundidos.
En estos casos, es suficiente con darles agua fría, pero pueden existir casos en los que sea necesario acudir al médico para que prescriba un tratamiento con sales de hidratación.
¿Cómo prevenir este problema? Especialmente en los meses de más calor, es importante darles agua constantemente, además de alimentarlos con frutas con alto contenido de agua, vestirlos con ropa holgada y fresca y no exponerlos nunca de forma directa al sol.
Asimismo, en el caso de los niños más mayores debemos tener especial cuidado cuando practican algún tipo de deporte o cuando están enfermos, especialmente si se trata de problemas gastrointestinales.
¿Cuánta agua deben beber en general? Esta es una buena pauta para comenzar:
- En bebés de 6 a 12 meses se recomienda que beban unos 4 vasos de líquidos al día (con unos 250 ml en cada vaso)-
- Para los niños de 1 a 3 años, lo recomendable es aumentar esta cantidad hasta los 5 vasos al día.
- Cuando tienen entre 4 y 8 años, los expertos recomiendan aumentarlo hasta 6 vasos al día.
- Finalmente, los mayores de 8 años deben consumir hasta 8 vasos de líquidos al día.
Además, es importante administrarles un agua de calidad y libre de químicos y sabores desagradables, que facilite la ingesta de líquidos. Recuerda que instalar un sistema de tratamiento de aguas doméstico como Osmotic puede ser una buenísima forma de garantizar la calidad del agua que les das a tus hijos.