Si has llegado hasta aquí es porque seguramente has oído hablar ya del Bisfenol A y sus peligros. No en vano, la noticia de su potencial cancerígeno supuso una auténtica revolución mediática que llevaría a algunos países como Francia a declararlo un material ilegal.
Desde entonces, la información sobre este producto químico no ha dejado de provocar aluviones de noticias, alarmando sobre todo a embarazadas y padres. Y es que un estudio publicado en julio de 2013 advertía de que eran los niños de entre 3 y 10 años los más expuestos a este compuesto, por una relación entre el consumo de alimentos y su peso corporal.
Pero vayamos por partes: ¿qué es exactamente el Bisfenol A? También conocido popularmente como BPA, es un producto químico que se utiliza para fabricar todo tipo de plásticos, latas de alimentos o bebidas e incluso biberones.
Aunque todavía no existen datos concluyentes al respecto, algunos estudios publicados en revistas de alto prestigio como la de la American Medical Association afirman que podría tener un impacto en casos de diabetes, infertilidad, cáncer de mama o próstata o incluso obesidad.
Con esta información en la mano, ¿cómo evitar consumirlo?
1- Utiliza cuantos menos envases, mejor: la vía más rápida y eficaz es acabar en la medida de lo posible con el uso de productos que vayan envasados, como botellas de agua o latas de bebida. Una solución, por ejemplo, puede ser la de instalar un sistema de tratamiento de agua en casa para beber agua de calidad sin tener que recurrir a botellas o garrafas.
2.- Utiliza productos que no contengan Bisfenol A: ¿cómo saberlo? Actualmente muchos productos explicitan en sus etiquetas que no se contiene este compuesto, por lo que resulta mucho más sencillo identificarlos y, por lo tanto, evitarlos.
3.- Mucho cuidado con el calor: y es que según el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, los envases de plástico de policarbonato, al ser expuestos al calor pueden acabar filtrando bisfenol A en los alimentos que contienen.
4.- Especial atención con las latas: y es que al parecer la mayoría de latas están recubiertas por una resina que contiene bisfenol A, por lo que los alimentos enlatados pueden ser una gran fuente del mismo.
4.- Prioriza el consumo de alimentos y bebidas envasados en materiales alternativos: el vidrio, la cerámica o el acero inoxidable son solo algunos ejemplos que pueden ayudarte a eliminar estos plásticos de tu día a día.
5.- Cuidado con reutilizar los plásticos: y es que, al parecer, el BPA se libera en más cantidad al reutilizar los envases de plástico que lo contienen.