¿Estás a punto de ser mamá? ¿O conoces a alguna amiga que vaya a serlo dentro de poco?
Pues este artículo que os traemos hoy es ideal para ti.
Hace unos días hablábamos de la importancia de la buena hidratación aunque no tengamos la sensación de sed. Hoy vamos un poco más allá y hablamos del embarazo.
¿Qué ocurre cuando estás en pleno momento de gestación?
En el momento del embarazo la importancia de estar bien hidratada aumenta exponencialmente, ya que tu cuerpo experimentará una serie de cambios como la falta de menstruación, sensación de cansancio y sueño, posibles náuseas y mareos, etc. que harán que necesites subir el nivel de hidratación.
Como ya sabemos, lo recomendable es beber unos 2L de agua diarios. En el caso de las mujeres embarazadas se recomienda subir esa cifra 300 ml hasta llegar a 2,3L.
De esta forma garantizas un buen crecimiento del bebé y la formación de líquido amniótico necesaria para él.
Desde el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS) recomiendan beber los 2,3 L de agua de forma regular, en pequeños sorbos para que no sientas pesadez ni hinchazón.
Ya sabemos la cantidad y la frecuencia que está recomendada para las mujeres embarazadas. Pero no podemos olvidarnos de lo más importante: la calidad del agua.
Un agua de mineralización débil, libre de químicos, totalmente purificada y de buen sabor es ideal para el momento del embarazo. Y ese tipo de agua nos la ofrecen los sistemas de osmosis domésticos.
Recuerda que, a parte de una buena hidratación, hacer una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, no solo son importantísimos durante el embarazo, sino para nuestro día a día.