- Osmosis no presurizada. El agua filtrada se deposita en un tanque al que se puede acceder. Son los equipos más rápidos, modernos, seguros y, por lo tanto, de mayor calidad.
- Osmosis presurizada. El agua filtrada se deposita en un tanque herméticamente cerrado, siendo los menos seguros y los que desechan más agua por cada litro de agua filtrada.
- Osmosis directa. Al no tener tanque, el agua filtrada sale directamente por el grifo. Son más lentos y caros de mantener debido a la corta vida de sus recambios.