El agua es un recurso que utilizamos diariamente en la cocina, y su importancia es enorme.
Si tomamos conciencia de la procedencia, cultivo y elaboración de los alimentos que compramos, es muy importante tener en cuenta cómo es el agua que incorporamos en cualquier parte del proceso de lavado o cocinado de dichos alimentos. Ésta tiene que carecer de impurezas, olores y sabores y de cualquier elemento nocivo externo. Nuestra salud y bienestar dependen mucho de la calidad del agua que utilicemos.
En la cocina, el agua es parte esencial en todas las elaboraciones, tanto si lavamos los ingredientes, como si hervimos pasta, legumbres o arroz, al preparar guisos o cocidos, cuando utilizamos el agua para hacer cubitos de hielo, o por ejemplo al preparar cualquier tipo de infusión.
Es importante que nos fijemos no solo en el olor y el color del agua que incorporamos en la cocina, hay que tener en cuenta que puede contener impurezas o bacterias que en un futuro podrían llegar a alterar nuestro bienestar, y sobre todo en los niños.
Los que son padres saben de la importancia de utilizar un agua libre de impurezas para preparar los biberones de los bebés. ¿Por qué no pensamos de este modo de manera global, y la tenemos en cuenta en todos los aspectos de nuestra alimentación diaria?
Introduciendo un sistema de purificación de agua en nuestras cocinas, notaremos como mejora la calidad y el sabor de todos nuestros platos, disfrutaremos de un agua de muy buen sabor y sobre todo, evitaremos la compra masiva de botellas de plástico que tan perjudiciales son para el medio ambiente.
¡Anímate a introducir el agua como un ingrediente más en tu cocina!