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Guía definitiva para el cuidado de tus plantas de interior

Si eres de los que cree que es incapaz de mantener una planta viva, tenemos buenas noticias: hemos creado para ti la guía definitiva de cuidado de plantas de interior. Algo así como un manual que debes imprimir y colgar en tu nevera. Porque te aseguramos que si sigues paso a paso nuestras recomendaciones no solo te convertirás en papá o mamá de plantas felices, sino que serás poseedor de una auténtica jungla. Como lo oyes. Pero empecemos por los básicos. 

¿Primerizo? Estas son las plantas más fáciles de cuidar

Si quieres iniciarte en el mundo del cuidado de las plantas pero no tienes muy claro por dónde empezar, lo primero que debes saber tiene que ver con las características de tus primeros ‘bebés’. Y es que si las plantas tienen necesidades distintas dependiendo de cada especie, lo mejor es comenzar por aquellas que precisen de cuidados sencillos. Aquí van algunos de los ejemplos más comunes.

  • Fiona: prácticamente no tienes ni que mirarla, y en invierno es suficiente con regarla una vez cada uno o dos meses.

  • Monstera: exacto, una de las plantas más instagrameadas es también una de las más sencillas de cuidar. Precisa de mucho más riego que la anterior (una vez a la semana en verano y cada 15 días en invierno), luz indirecta y sustrato universal. Pero te aseguramos que cumpliendo estas tres reglas básicas se trata de una de las plantas más agradecidas.

 

  • Pothos: otro de los infalibles, ya que prácticamente se reproduce sola. Mismos cuidados que la Monstera: riego cada 15 días, luz indirecta y un poco de cariño. 

Lo más importante: sin agua no hay vida

Como te podrás imaginar, uno de los factores más importantes a la hora de tener unas plantas hermosas es sin duda el riego. Y es aquí donde todos los primerizos y primerizas colapsan. 

Lo primero que debes saber es que cada planta tiene unas necesidades distintas y que, aunque existen reglas generales dependiendo de la especie, al final la cantidad de agua necesaria depende de la temperatura, de la humedad… o de la calidad del agua de tu ciudad. 

Y es que sí: si el agua que tú bebes tiene consecuencias en tu salud, es lógico que también las tenga en la de tus plantas. ¿El truco? ¡Darles agua de calidad! Te aseguramos que utilizar agua libre de químicos y de cal SE NOTA. Por eso no podemos dejar de recomendarte que les eches un ojo a nuestras soluciones de tratamiento de aguas

¿Un último truco? Además de seguir las recomendaciones para cada tipo de planta (Internet, ¡ese gran aliado!), haz la prueba del dedo. Si crees que a tu planta le toca riego, mete el dedo dentro de la tierra. Si sale completamente limpio, es hora de regar. Si no, espera unos días. 

¿Qué pasa con la tierra?

Además del agua, otro de los factores más importantes en el cuidado de nuestras plantas es sin duda la tierra y el abono que utilizamos. 

En general, las plantas más habituales son felices con lo que se conoce como ‘sustrato universal’, pero en algunos casos puede ser necesario utilizar productos como fertilizantes para darle un empujoncito a su crecimiento.

¿El truco definitivo? ¡El trasplante! Una buena regla es hacerlo más o menos una vez al año y aprovechar la época de la primavera, ya que es la más adecuada.  

Un último truco: ¡limpia sus hojas!

A la hora de cuidar de la salud de tus plantas y de mantener las plagas a raya, otro de los puntos clave es la limpieza de las hojas, que debe realizarse de forma periódica. 

Solo necesitas una bayeta de microfibra (la más adecuada ya que al ser suave no dañará tu planta), que debes humedecer con agua de la lluvia o agua filtrada (si quieres evitar que las hojas queden con manchas de cal) para pasarla por la hoja desde la base hacia el extremo, sujetándola por abajo y sin ejercer demasiada presión.

Palabrita: utilizando un agua de calidad y siguiendo estos consejos terminarás teniendo una casa tan hermosa como esta.