Hablamos constantemente de la importancia de la calidad del agua para beber, pero ¿qué ocurre con el agua que utilizamos para cocinar?
Al parecer, es tan importante contar con un agua de calidad en este caso como en el primero.Y es que tiene toda la lógica del mundo: el agua es un elemento que interviene en varios momentos de la preparación. Desde la limpieza de los ingredientes hasta la preparación de salsas y fondos, pasando por las cocciones. ¿Sabemos cuánto exactamente?
Para empezar, podemos hablar de las recomendaciones de la OMS en este sentido: por regla general, si el agua de cocción se va a desechar es seguro utilizar la del grifo, pero si el alimento la absorbe o se re-utiliza ese agua para otra preparación, es recomendable que esta sea lo más pura posible. Además, siguiendo esta misma lógica, debe utilizarse una de gran pureza si el agua va a ser un ingrediente, así como si se utilizan técnicas como el escaldado, por ejemplo.
Más allá de la seguridad, ¿qué ocurre con el sabor de lo cocinado? Es tan sencillo como pensar en un café: ¿tiene el mismo sabor un café preparado con agua embotellada o filtrada que un café elaborado con agua del grifo? Efectivamente, no.
Como sabrás, para hacer que el agua del grifo sea apta para consumo es sometida a múltiples tratamientos con elementos como el cloro, responsable de cambiar el sabor de los alimentos. Además, dependiendo de si el agua es más o menos dura contiene más o menos calcio y magnesio, elementos que también pueden tener consecuencias sobre el sabor.
¿Qué podemos hacer, entonces, para evitar el problema? La OMS también nos da algunas indicaciones en este sentido: si utilizamos agua del grifo, deberíamos dejarla correr un poco antes de utilizarla y fijarnos también en su color. Si sale turbia, aunque sea potable, no deberíamos utilizarla de ninguna forma, de la misma manera en que tampoco deberíamos hacerlo si tiene demasiado olor a claro, ya que los alimentos lo absorben fácilmente.
Recuerda que instalar un sistema de tratamiento de aguas en casa como Osmotic es una buenísima manera de contar con agua de calidad y libre de sabores sin tener que recurrir al agua embotellada y a todos los gastos y plásticos que genera.