Puede que no hayas oído hablar de ello, pero lo cierto es que se trata de un problema bastante común.
Nos referimos a la patología que provoca el exceso de calcio depositado en los riñones, y cuyo nombre médico es ‘nefrocalcinosis’. Básicamente, lo que ocurre en estos casos es que los depósitos de calcio acaban formándose en el propio tejido del riñón, lo que suele estar relacionado también con los cálculos renales, a pesar de no tratarse de la misma enfermedad.
Aunque se trata de un problema difícil de diagnosticar hasta que aparecen los síntomas, existen una serie de síntomas que pueden alertarnos sobre el problema, tales como la aparición de sangre en la orina, fiebres y escalofríos, náuseas y vómitos o dolor en la zona abdominal.
¿Cómo puede evitarse el problema? La única manera de prevenirlo es tratando aquellos trastornos relacionados con altos niveles de calcio en el riñón y evitando la acumulación de calcio en el mismo, a través de cambios en la dieta o con la toma de determinados medicamentos y suplementos vitamínicos.
En estos casos, la instalación de un sistema de osmosis doméstico resulta especialmente recomendable, ya que nos permite disfrutar de un agua para nuestro consumo libre de químicos y olores y, por lo tanto, mucho más saludable.
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